Yoga adaptado para mayores: moverse, respirar y seguir perteneciendo
Con los años el cuerpo cambia, y también cambian los miedos.
Muchas personas mayores me dicen lo mismo:
- “Tengo miedo a caerme.”
- “Me noto rígida, pero ya no estoy para estas cosas.”
- “No quiero ser una carga.”
- “No tengo equilibrio”
El yoga adaptado para mayores nace justo ahí: en el cruce entre el deseo de seguir vivos y activos, y la necesidad real de cuidar un cuerpo que ya no responde como a los 30.
En Ling Natural Yoga trabajo a diario con este perfil. Te cuento cómo lo hago y por qué tiene sentido hablar de yoga más allá de la esterilla.
Qué necesita de verdad una persona mayor
Más que “posturas bonitas”, una persona mayor necesita:
- Seguridad: sentir que no va a perder el equilibrio ni hacer movimientos bruscos.
- Claridad: instrucciones simples, repetidas, sin tecnicismos.
- Ritmo lento: tiempo para entrar y salir de cada gesto.
- Respeto: que nadie le trate como “incapaz” ni le infantilice.
- Compañía: sentirse parte de un grupo, aunque sea pequeño.
Cuando diseño una clase de yoga para mayores, pienso menos en flexibilidad extrema y más en:
- poder levantarse de la silla con autonomía,
- caminar con más estabilidad, evitar las caidas
- respirar mejor,
- dormir un poco más tranquilo.
- Relajación, reducir estrés
Lo que nos dice la evidencia sobre yoga y envejecimiento
No es solo intuición.
Varios estudios con personas mayores muestran que el yoga:
- mejora el equilibrio y la movilidad, lo que se relaciona con más independencia en la vida diaria OUP Academic+1
- ayuda a aumentar fuerza suave y rango de movimiento PMC+1
- puede mejorar la calidad del sueño y la sensación general de bienestar PMC+1
No es magia ni promesa de juventud eterna.
Es práctica constante, bien adaptada, que apunta a tres pilares:
- Cuerpo: movilidad, fuerza suave, equilibrio.
- Respiración: regular el sistema nervioso.
- Cabeza y ánimo: más calma, más foco, menos sensación de “declive”.
Cómo adapto la práctica en Ling Natural Yoga
En el trabajo con mayores, el punto de partida no es la postura, es la persona.
Algunas claves de cómo lo adapto:
1. La silla como aliada
El yoga en silla permite practicar aunque cueste bajar al suelo. También usamos ladrillos, elásticos, cintos de yoga. Pero hoy te hablo de la silla.
La silla ofrece:
- apoyo para el equilibrio,
- referencias claras para la postura,
- sensación de seguridad.
Las recomendaciones generales hablan de sillas estables, sin ruedas, en superficie plana, y de avanzar siempre de forma gradual para evitar mareos o sobreesfuerzos Aura Wellness Center+2Harvard Health+2
2. Menos es más
- Menos posturas, más repetición.
- Menos intensidad, más atención.
- Menos “tienes que”, más “prueba hasta donde sea cómodo”.
El objetivo no es “hacer mucho”, sino hacer bien y que la persona quiera volver.
3. Movimientos funcionales
Trabajo gestos que se conectan con la vida diaria:
- levantarse y sentarse con control,
- girar el tronco sin dolor para mirar hacia atrás,
- flexionar caderas y rodillas para subir un bordillo,
- abrir el pecho para respirar mejor y mejorar la postura.
4. Respiración simple y accesible
Nada complicado.
Solo:
- inhalar por la nariz con suavidad,
- exhalar un poco más largo,
- coordinar la respiración con el movimiento.
Esto ayuda al sistema nervioso a salir del modo alerta y a entrar en un estado más regulado.
Cómo es una clase de yoga adaptado para mayores conmigo
Te lo cuento como una secuencia real:
- Llegada y saludo
- Tiempo para sentarse, acomodarse, preguntar cómo vienen hoy.
- Escuchar si hubo caídas, mareos, cambios importantes.
- Aterrizar en el cuerpo
- Sentados en la silla, notar pies, manos, respiración. O tumbados, si se sienten cómodos.
- 3–5 minutos de respiración suave para marcar el ritmo.
- Movilidad articular sencilla
- Cuello, hombros, muñecas, caderas, rodillas, tobillos.
- Todo con movimientos pequeños y controlados.
- Secuencias en silla y de pie con apoyo
- Elevar y bajar brazos.
- Pequeños giros de columna.
- Transferencias de peso de un pie al otro, agarrados a la silla o a la pared.
- Ejercicios de equilibrio seguro
- Un pie delante del otro, manos en la silla.
- Despegar un talón del suelo manteniendo puntos de apoyo.
- Relajación final adaptada
- Sentados o semi-recostados, nunca en una postura que genere angustia.
- Palabras sencillas, silencios breves, respiración natural.
- Cierre
- Preguntar cómo se van, qué notan diferente respecto al inicio.
Para quién es y para quién no es
El yoga adaptado para mayores, o espacio Vital, como lo llamo en la escuela, es especialmente interesante si la persona:
- tiene más de 60–65 años y nota pérdida de movilidad,
- tiene miedo a caerse,
- vive con dolor articular moderado,
- se siente sola y quiere un espacio de grupo,
- fue activa en el pasado y quiere retomarlo con cuidado.
- Tiene alguan patología crónica, dolor o proceso oncológico.
No sustituye la atención médica ni la fisioterapia.
Siempre recomiendo hablar con el médico antes de empezar cualquier actividad nueva, sobre todo si hay:
- problemas cardíacos,
- caída reciente,
- operación reciente,
- mareos frecuentes o falta de aire. Aura Wellness Center+1
Igualmente siempre pido un cuestionario de salud para cuidar a la persona en su práctica, y saber mejor qué actividad le va a venir bien. Apoyándome en todo lo que sí puede hacer la persona.
Si acompañas a alguien mayor
Si tienes una madre, un padre o un familiar que encaja en esta descripción, puedes ayudar mucho con gestos simples:
- ofrecerte a acompañarle a la primera clase,
- normalizar que empiece “más tarde” que otros,
- recordarle que el objetivo no es ser joven, sino vivir mejor lo que sí hay hoy.
Cómo seguimos desde aquí
En Ling Natural Yoga, en Santa Cruz de Tenerife, sostengo espacios de yoga adaptado para mayores en grupos reducidos y en sesiones individuales.
Si lees esto desde otra ciudad, puedes tomar estas ideas como guía para buscar un espacio o contáctame si quieres realizarlo online, en todo caso:
- pregunta si trabajan con silla y adaptaciones,
- observa si el ritmo es respetuoso,
- mira si se escucha de verdad a cada persona.
Si estás cerca y quieres que tu madre, tu padre o tú mismo probéis una clase de yoga para mayores, puedes escribirme y vemos juntas qué formato tiene más sentido.
La edad cambia el cuerpo, sí.
Pero mientras haya respiración y ganas, siempre podemos encontrar una forma de seguir moviéndonos, con dignidad y presencia. Mis maestros dicen, que si hay aliento, hay práctica. 🙂
Ling
Nos vemos en la esterilla.
Deja un comentario