No nos damos cuenta, la exigencia forma parte de la vida actual que nos demanda continuamente.
La exigencia a los otros se hace casi natural y lo que es menos consciente, la exigencia a la que nos sometemos nosotros mismos.
Si la teatralizas y la acentúas en superlativo, lo podrás ver…hay otras formas de pedir, de solicitar, de comunicar o informar…
Pero bajando un piso más, ¿Por qué exigimos? ¿Qué creemos que pasa si no lo hacemos?
Apoyarnos en la confianza y en nuestra bondad auténtica nos ayudará a ampliar la mirada aquí.
Ling.
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